lunes, 29 de octubre de 2007

MARGARITAS ROBADAS

Emanuel Rodríguez escribe mucho lindo muy super bien.
Cuenta cosas y deja que todos contemos con él.
Copié afané me regalé uno de sus últimos comentarios.
Para que en mi blog haya algo digno de leer.
Su dirección es pinchilonfonseca.wordpress.com

ASI ESCRIBE

-Hola Jenny.-Hola María Rosa. ¿Cómo te va?-Mal.-¿Qué tenés?-Cáncer. Por eso te venía a decir dos cosas. Que no te voy a hacer la torta para el sábado, y que necesito que me pagues la deuda.
Un día después del diagnóstico mi mamá ya le estaba sacando rédito. Yo tuve que dejar el diario y todo lo demás para venir a verla. Cuando llegué estaba sonriendo. No va a pasar nada, nene. El problema es que la palabra es muy fea. “Cáncer”. Es horrible.-Si, mami.
Le digamos “margaritas”.-Hermoso.
La segunda rectoscopía la agarró canchera. Le llevó un presente a la doctora. Una estampita de San Expedito. “Si se la pasan oliendo gases…”. Mis hermanos y yo estamos cinco veces más asustados que ella.
La van a operar, la tienen que operar con urgencia. Le dijeron que por favor no se mueva, que haga reposo. Pero está haciendo de comer. No puede parar de cocinar. La casa hierve. Afuera, la capital de La Rioja es un infierno, y la casa de mi madre es un sauna dentro de ese infierno.
De La Rioja, me doy cuenta de que me había olvidado: los nombres de las calles, cómo se llega al Hospital y lo insoportable que es el sol. Y la energía que le pone mi mamá a las cosas.
¿Hasta qué limites la intimidad de las personas puede ser interesante?

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