miércoles, 18 de abril de 2007

NO TENGO GANAS DE FUTBOL

Mientras se juega el segundo tiempo del amistoso entre la selección argentina de fútbol y la chilena, no aguanté mas. Armé el ritual, esperé la hora del partido y me fui a morfar un lomo completo, una panzada estomacal antes de una panzada futbolera.
Devoraba por momentos, masticaba lentamente en otros, hasta que me di cuenta que ya no estaba mirando la tele. Apareció la nostalgia. Una jugada del hábil delantero de Boca, Rodrigo Palacio, desborde, casi cayéndose, el defensor exhausto sin poder detenerlo, y centro y bla bla. Ya no importa eso ahora. Es una anécdota. Lo importante es que caí en la cuenta que el fútbol dejó de interesarme como espectáculo cuando Caniggia dejó de entretenerse con la pelota. Desde ese momento, no consigo mantener la atención, en realidad busco jugadores parecidos, con el mismo estilo, velocidad, me caigo pero sigo, encaro decidido, domino en velocidad, la pido, no me escondo, defino muy bien y mientras busco, el árbitro del presente dice a bañarse muchachos!!.
Para algunos Maradona, para otros Distéfano, quizás Batistuta, para mí Caniggia.
En el recuerdo, cuando me quiero reencontrar con la alegría y el disfrute de mirar fútbol, aparece el gol ante Brasil en el 90 y el festejo de un chico y el grito a Diegote para clavarla en el ángulo de Nigeria en el 94 y convertirse en un grande.
Pensaba en una panzada de fútbol y no. Empacho de nostalgia tengo. Cani, Cani!!!!

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