miércoles, 22 de agosto de 2007

PELUQUERIA

Fui a re-cortarme los dos pelos que románticamente se aferran a mi cabeza. El diálogo mantenido con el profesional de la tijera fue abarcativo.
Hablamos de lo difícil que es ser feliz, que la gente a veces no se da cuenta de lo que tiene, de cómo se lo castigó al Coco Basile, de la alegría de los brasileros jugando a la pelota en Copacabana, de las mujeres que usan bombacha de leopardo, de las cosas que pasan en una reunión de amigos en un café, de Soda Stéreo y su regreso.

Nos saludamos.
Salí pensando en lo fácil que resulta hablar con desconocidos.

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