domingo, 19 de agosto de 2007

YOUTUBE

Miguel Peirotti, periodista, dice que las películas resisten a un nuevo y poderoso archirrival en su conscripción de espectadores a las salas. Basta con tener banda ancha y un dedo índice. Puede este banquete online alterar los hábitos del cinéfilo? La nota completa aparece en la primera edición de la segunda época de la revista LaCentral. Lo que sigue es un párrafo:

"En aras de apartar cucos de una maldita vez, el que suponga que YouTube no es hoy una de las vías de provisión audiovisual más visitadas por la parroquia cinéfila, que tire la primera goma. O ingrese al sitio y rastree cortos de su abuela mascando coca en la cima del Uritorco en busca de señales de Erks. Lo que quiera. Pero agite tal experiencia. Es necesario.
Sabemos que Internet, en un pasmoso parecido con el mundo real, favorece el incesante desarrollo y perfeccionamiento de la pelotudez, pero en su magma nadan las mejores imágenes del milenio. Es un limbo abstracto que refracta nuestro vacío de información de manera despiadada. El terror de las potencias que pugnan por bloquear su servicio se debe a la vieja y llana costumbre de siempre: donde abunda la data, desaparece el autoritarismo."

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