martes, 22 de enero de 2008

GUALEGUAYCHU

Ahora, entre martes y miércoles, estoy confundido y coliflorizado.
Hasta ayer tenía sólo la versión de los asambleístas.
Hoy recorrí las instalaciones de Botnia junto a un grupo de periodistas argentinos. Se abrieron las puertas de "La Fortaleza".
La invitación fue formal, con llegada a los cinco gerentes principales y un recorrido por toda la planta que duró aproximadamente 4 horas. Respondieron las preguntas como quisieron y dejaron algunas frases para el retruque: consideran que no contaminan el río, que no impactan ni impactarán negativamente sobre el medio ambiente de la región, que aceptarían un monitoreo del Gobierno argentino si los autorizara/re/se el Gobierno uruguayo, prefirieron no hablar de la cuestión diplomática, piensan quedarse en Uruguay cerca de 40 años, dijeron que entienden a los padres del otro lado aunque estén desinformados, que están produciendo a un 70% de su capacidad y que el olor a coliflor hervido se genera cuando se cocina la madera.
Hasta ayer la historia oficial argentina. Botnia contamina.
Hoy la historia oficial de la empresa. Botnia no contamina.
Estoy confundido porque no puedo entender qué pasa. Ya sabemos que soy pelotudo, pero, escuchás a los asambleístas y les creés. Escuchás a los técnicos de la pastera y parece que dijeran la verdad. En el medio un conflicto que lleva cerca de 3 años.
Entonces, la empresa invita a periodistas, los asambleístas queman la bandera de Finlandia. Por momentos, parece una competencia para ver quién la tiene más larga. Lo digo con onda.
Cuando llegué al hotel llamé a Radio Universidad y salí al aire.
Ah, una lástima no poder contarles nada del Carnaval.
Ah, a mi amiga le miraron mucho las tetas.

1 comentario:

CYNTHIA GARCÍA dijo...

Es así:cuando no sabemos, preguntamos, cuando nos responden y no entendemos, repreguntamos. Pero qué pasa cuando preguantar o repreguntar es inútil porque realmente no entendemos porque no sabemos, ni sabremos...
Los periodistas, como los hombres de poca fe, no podemos creer sin ver o lo que sería nuestro sinónimo: chequear; aunque a veces, como también les debe suceder a los de poca fe, dan muchas ganas.