miércoles, 12 de septiembre de 2007

PESAS AGAIN

Ayer fue ayer. Hoy es hoy. Mañana será mañana. Es poco, pero es lo que se me ocurre a la hora de justificar por qué dejé de amagar y entré al gimnasio. Ayudó mucho el hecho de despertarme temprano, no tener sueño, y no tener nada que hacer durante un rato largo. Tomé mi café, comí las vainillas sabor mondongo que venden ahora y miré por la ventana; un día gris, pesado, ideal para salir a la calle con pantalón y zapatillas a estrenar.
Llegué, pagué, colgué la campera en un gancho. Le expliqué al profe que hace ya un largo tiempo que no uso el cuerpo. El tipo no pareció conmoverse y enseguida me mandó a pedalear durante los 10 minutos mas largos de mi sedentaria vida. Bajé con dolor en las piernas y un poco en el culo, por el asiento, con una cara que mostraba síntomas de agotamiento físico y moral. Lo miré, me miró, los miré, me miraron. Enseguida apareció con un palo de escoba y me indicó que haga algunas flexiones. Confieso que me sentí bastonero de una comparsa. Los otros, convencidos de la causa muscular, levantaban al elefante trompita con el dedo meñique, para dar por terminada la discusión con el dedo índice, que ahora se hace el laburante. Terminé esa desgastante fajina y me dijo que por hoy estaba. Y me dijo que por hoy. Y me dijo que por. Y me dijo que. Y me dijo. Y me. Y. Y me fui.
Prometí volver con la frente marchita y el culo mas acostumbrado.

1 comentario:

Nelson Lastiri dijo...

Recreá esta escena:
Gimnasio
Vincha
Muñequeras
Musculosa de esas blancas, que se escapan los pelitos del pecho.
Tema de Mannequens (o como se escriba)
y tu paso de baile tipo garza, ese que hacías en la radio...

me tienen que hace una traquiotomía para no muera de risa...

sos un genio